La Resolución Ministerial N° 284/24 encomendó a la ANMAT la revisión de la condición de venta –cuando corresponda- de determinadas especialidades medicinales, pudiendo declarar de venta libre a aquellas de probada calidad, seguridad y eficacia... etcétera.

Habilitado por la aludida resolución, ANMAT estableció, mediante la Disposición N° 3228/2024, un listado con 22 ingredientes farmacéuticos activos (IFAs) para establecer la revisión del cambio de la condición de venta bajo receta a condición de venta libre de los mismos. Entre otros, consideró la revisión del grupo terapéutico denominados “prazoles”, donde se incluyen los IFAs: Omeprazol, Lansoprazol, Pantoprazol y Esomeprazol.

Lo cierto es que, como es de práctica, al decretarse la venta libre de esos productos de farmacia, primero PAMI, luego IOSPER y todas las Prepagas, eliminaron el Omeprazol de sus vademécums.

Con la ayuda de IA para la búsqueda de datos podemos considerar, como una aproximación razonable, que consume este medicamento alrededor de un 15% de la población, prevalentemente los adultos mayores donde se eleva al 20%.

En el último año PAMI eliminó el programa Vivir Mejor; volvió más exigentes los requisitos para el acceso al subsidio por razones sociales; realizó cambios de cobertura en cinco oportunidades y modificó procedimientos para gestionar la cobertura. Para mayores males, los medicamentos más usados por las personas mayores aumentaron en forma brutal, muy por encima de la inflación. Durante el año pasado la suba promedio fue de 240%. En el caso del Ibupirac 600 –tan usado por personas mayores por dolores musculares y articulares- el aumento de enero a diciembre de 2024, para quienes tienen cobertura de PAMI, fue de 1.257%.

Se supone que el consumidor se verá beneficiado, porque al ser de venta libre se pueden obtener estos inhibidores de la bomba de protones (omeprazoles) por menos dinero, pero con mayor riesgo. Como sea, es probable que muchos de los catalogados adultos mayores ya estén pensando en volver a la cucharada de bicarbonato para controlar la acidez, que no inhibe la bomba de protones pero alivia el reflujo ácido que provoca día tras día ser jubilado en la Argentina.