La vitivinicultura entrerriana está escribiendo un nuevo capítulo en su historia. En medio de un proceso de recuperación de una tradición prohibida por ley durante décadas, actores como Ecovert —un emprendimiento familiar ubicado al sur del departamento Concordia— apuestan fuerte por la producción de vinos de alta calidad y el desarrollo del enoturismo. Su gerente de Administración y Turismo, Moisés Benain, lo expresa con claridad: “Nuestra meta es que Entre Ríos recupere el estatus que tenía hace más de 100 años”.El desafío es grande, pero el entusiasmo aún mayor. Así lo transmitió Benain en una entrevista con el programa Lo que Queda del Día, de Oíd Mortales Radio, donde habló sobre el presente de la actividad, las barreras que enfrentan y el sueño de transformar el incipiente movimiento en una industria organizada, con múltiples actores trabajando en sinergia: un verdadero clúster vitivinícola.<blockquote>“El techo es la imaginación. El techo te lo pones vos”, asegura.</blockquote><h2>Un sueño con raíces profundas</h2>Ecovert es un emprendimiento de la familia Bougain, que trabaja desde hace años para recuperar la actividad que sus antepasados debieron abandonar por la Ley Nacional 12.137, que prohibió la vitivinicultura en Entre Ríos durante el siglo XX. Hoy, con 9 hectáreas en producción, Ecovert estima elaborar unos 8.000 litros de vino en este 2025.“Estamos enfocados a la calidad, a la expresión única del terroir concordiense. Nuestro vino es completamente artesanal. Lo hacemos todo acá: plantamos, conducimos, cosechamos, elaboramos, embotellamos y degustamos”, explicó Benain, quien además destaca el uso de métodos tradicionales de vinificación al estilo francés antiguo y el aprovechamiento de levaduras nativas.La propuesta no se limita a la producción: Ecovert también desarrolla enoturismo, ofreciendo degustaciones y experiencias únicas en la región. “Estamos rodeados de citrus, de naturaleza y de los viñedos que caracterizan a esta provincia”, señala.<h2>Camino a un clúster vitivinícola</h2>Benain no duda al plantear el objetivo de fondo: “Queremos que todo el departamento de Concordia esté inundado de bodegas y viñedos”. Para eso, considera clave el trabajo colaborativo: “Apoyamos todo lo que tenga que ver con eso. Una de nuestras filosofías es trabajar con pequeños productores y colaborar con otras bodegas”.Actualmente, la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos cuenta con al menos 48 bodegas registradas. En lo que va del año ya se han sumado tres nuevos productores, y hay otros proyectos en desarrollo, aunque prefieren mantenerse en el ámbito artesanal. Entre las zonas activas se destacan la costa del Uruguay, Villaguay y la costa del Paraná.Además, en la zona entre Puerto Yeruá y el sur de Concordia ya existen siete viñedos dedicados no solo al vino, sino también a la elaboración de cerveza, whisky, licores y el turismo vinculado a estas actividades.<h2>Barreras y oportunidades</h2>A pesar del entusiasmo, las dificultades no son menores. Consultado sobre las necesidades para avanzar, Benain fue directo: “Lo que necesitamos es que nos dejen trabajar”.Entre las demandas que plantea al Estado figuran la reducción de aranceles para maquinaria, incentivos a la inversión en energías renovables, acceso a créditos blandos, y mejoras en la infraestructura, especialmente en los caminos: “En Entre Ríos es prácticamente imposible circular sin un vehículo 4x4. Es inadmisible que tengamos semejantes deficiencias viales en una provincia con tanta riqueza productiva”.También pidió acompañamiento en la difusión de la actividad: “Queremos que nos acompañen a nivel nacional, que incentiven la vitivinicultura, que apoyen a los bancos para financiar a quienes están empezando. El potencial está, falta el empuje”.<h2>Una mirada al futuro</h2>Con experiencia previa en el turismo patagónico y ya radicado desde hace cuatro años en Concordia, Benain imagina un futuro promisorio para el vino argentino: “Para el año 2050, Argentina va a ser la potencia vitivinícola del mundo. Ya tenemos el mejor Malbec del mundo. Tenemos terroirs únicos, amplitud térmica, potencia industrial y un capital humano increíble”.El crecimiento, sin embargo, no debe ser a cualquier precio: “Nosotros mantenemos la cosecha manual porque creemos que digitalizar el proceso le roba el espíritu al vino. Cada paso es una expresión del terroir, y ese respeto se transmite en el resultado final”.El límite de este sueño, para Benain, no está en la tierra ni en el mercado, sino en la mentalidad: “El techo te lo pones vos. Mientras haya vida y salud, se puede lograr todo”.En medio de este renacer, Entre Ríos se encuentra frente a una nueva oportunidad histórica: volver a ocupar un lugar de privilegio en el mapa vitivinícola nacional e internacional, impulsada por quienes —como Ecovert— están dispuestos a plantar, cosechar y soñar sin límites.

Entre Ríos quiere volver a ser potencia vitivinícola: “Nuestra meta es recuperar el estatus de hace más de 100 años”

En las tierras de Villa Ángela (Estación Antelo en el departamento Victoria), un emprendimiento familiar ha logrado consolidarse en la producción vitivinícola con sello entrerriano. Teresa Courault, junto a sus cinco hijos y empleados, lleva adelante Vinos Lugea Courault, un viñedo que ha evolucionado con esfuerzo y que recientemente recibió un impulso clave: un crédito del programa Joven Emprendedores, promovido por el área de Producción del gobierno de Entre Ríos.<h2>El inicio de un desafío&nbsp;</h2>“Empezamos hace trece años en la localidad de Antelo. Soy santafesina, pero vivo en Buenos Aires, y cuando compramos este lugar, Rubén Tealdi nos entusiasmó con la idea. Fue el culpable”, cuenta Teresa entre risas. El asesoramiento y la motivación de Tealdi, sumado a la creciente plantación de vides en la región, impulsaron a la familia a dar sus primeros pasos en la producción de vino. Así adquirieron las primeras 1.500 plantas, que hoy están en plena producción.“Este año es nuestra primera cosecha completa. El viñedo está impecable, vigoroso, saludable y muy productivo”, destaca Courault. Pero el camino no fue sencillo: “Pasamos por numerosas etapas de capacitación, donde también fue clave el apoyo del INTA. Mis hijos también participaron activamente. Uno de ellos, diseñador del paisaje, se especializó en viñedos en Francia y España”.<h2>De vino casero a vino artesanal&nbsp;</h2>Los comienzos fueron modestos, con una producción que apenas alcanzaba para el consumo familiar. “Somos una familia numerosa y no sobraban botellas”, recuerda. Sin embargo, con el tiempo la producción aumentó, y la necesidad de comercializar se hizo evidente. En 2022 lanzaron su primera etiqueta, “Corazón de Búho”, que agrupa sus varietales tintos: Marselan, Tannat y Merlot. “Este año queríamos sumar un rosado, pero no tenemos suficiente capacidad de frío para la fermentación, así que el crédito nos permitirá adquirir el equipo necesario”, explica Teresa, quien destaca el apoyo que recibe también desde la Comuna y la familia de Enrique García y su esposa Marta Sena, que cuando necesitan un refuerzo también suman a sus sobrinas en la vendimia, o en la elaboración de panes caseros y empanadas que ofrecen a los visitantes.<h2>El respaldo del gobierno provincial&nbsp;</h2>El apoyo del gobierno entrerriano fue fundamental en distintos aspectos: capacitaciones en turismo, enoturismo y comercio exterior, además de invitaciones a ferias como la Rural de Palermo y Entre Viñas. En este contexto, el crédito del programa Jóvenes Emprendedores (por 3 millones de pesos) otorgado a su hijo Manuel resulta un impulso más, aunque el acompañamiento no se limita a lo estrictamente económico. “Nos viene muy bien porque el viñedo creció y la bodega quedó pequeña. Ahora podremos equiparnos mejor”, afirma.<h2>Hacia nuevos horizontes&nbsp;</h2>Con una producción estimada de 2.000 botellas para este año, la familia Courault no solo proyecta crecer en cantidad, sino también en calidad. “El viñedo está diez puntos, a pesar de la última sequía que nos afectó mucho”, señala Teresa. En cuanto a la elaboración, trabajan con barricas de roble francés y planean incorporar tanques de acero inoxidable.El horizonte también incluye la exportación. “Nos invitaron a una feria en Brasil y podría ser un primer destino. Nos capacitamos para dar ese paso cuando toda la producción esté en plena capacidad”, adelanta.El proyecto de la familia Courault no se limita al vino. Con una visión integral, han desarrollado un espacio de enoturismo en el que reciben visitas para degustaciones y recorridos. Además, están explorando el astroturismo y el avistaje de aves, aprovechando las características del terroir y la riqueza natural de la zona.Sin embargo, aún quedan desafíos. “Nos falta señalización. Sería bueno tener carteles en la ruta para formar un circuito de pequeñas bodegas en Victoria”, propone Teresa, pensando en fortalecer la identidad vitivinícola local.A pesar de los obstáculos, la familia sigue adelante con pasión. “Aún no es un negocio rentable, pero esperamos que con el tiempo se equilibre. Cada botella contiene mucho amor y trabajo”, concluye Teresa, con la convicción de que su sueño en tierras entrerrianas sigue creciendo.

Un sueño vitivinícola que crece en Antelo

Entre risas y charlas, esfuerzo y camaradería, la Aldea Jacobi volvió a vivir uno de los momentos más esperados del año: la vendimia. En esta edición 2025, la recolección de la uva se transformó, como es costumbre, en una verdadera fiesta que reunió a familiares, amigos, vecinos y hasta visitantes internacionales, consolidando el valor de la tradición vitivinícola en esta localidad entrerriana.Juan, Tincho y Ana, anfitriones de la cosecha, describieron con emoción lo que significa este evento anual para ellos y la comunidad: “Para la elaboración de un buen vino existen muchos pasos a seguir que van desde el cuidado de la planta hasta la venta... Cada paso es importante y se debe realizar con seriedad y responsabilidad... Pero hay un momento en esa cadena que para nosotros es único e irrepetible, es el día de la vendimia... Ese día, desde hace muchos años, se abren las tranqueras de la casa con la ilusión de que se transforme en una fiesta, y no falla”.<figure class="image"><img src="https://paralelo32cdn.eleco.com.ar/media/2025/02/aldea_jacobi_celebro_una_nueva_vendimia.jpeg" alt="Aldea Jacobi celebró una nueva vendimia"></figure>Bajo el sol del verano entrerriano, la jornada comenzó temprano, con el arribo de los cosechadores, quienes, tijera en mano y canasto al hombro, se dispusieron a recoger los racimos que darán vida a un nuevo vino artesanal. La vendimia no solo convocó a los habitantes de la zona, sino que este año también tuvo un toque internacional con la participación de un visitante italiano, sumando un ingrediente especial a la celebración.“No importó la temperatura, ni el sol agobiante... Todos, charla va charla viene, intentaban terminar... Nos agarró la noche y tuvimos que dejar... Al otro día, firme volvió la familia a participar, esta vez sí hasta terminar”, relataron los organizadores.Con el trabajo cumplido, ahora solo queda esperar el proceso de fermentación y maduración del vino, controlando cada etapa para garantizar la calidad del producto final. En unos meses, cuando la magia haya hecho lo suyo, llegará otro momento de celebración: la cata del vino nuevo, ocasión que reunirá nuevamente a todos los que formaron parte de esta cosecha para brindar por una tradición que sigue viva en la Aldea Jacobi.

Aldea Jacobi celebró una nueva vendimia con espíritu de comunidad y tradición

El Consejo Mixto de Turismo de Gualeguaychú ha creado el "Camino del Vino", una propuesta turística innovadora que busca fortalecer el enoturismo y el agroturismo en la región. Este recorrido permite a los visitantes descubrir las diversas cepas y la calidad de los vinos locales, al tiempo que disfrutan de la belleza del entorno rural y natural de la zona. La experiencia incluye visitas guiadas y degustaciones, atendidas por los propios viñateros, quienes comparten su pasión y conocimiento sobre la producción vitivinícola.El "Camino del Vino" invita a recorrer los encantadores viñedos y bodegas del Departamento de Gualeguaychú. Entre los establecimientos participantes se encuentran la Bodega Las Magnolias en el acceso sur de la ciudad, el viñedo La Dominga en Costa Uruguay, la Bodega Ianni en El Potrero y Los Bayos en Urdinarrain. Además, próximamente se sumará el nuevo viñedo y bodega 28/20, ubicado en el acceso a Gualeguaychú.El presidente del Consejo Mixto, Fernando Zubillaga, destacó la importancia de este nuevo producto turístico: "Desde el Estado, en conjunto con el sector privado, estamos trabajando en el Camino del Vino en el departamento de Gualeguaychú y en la vendimia del sur entrerriano. Queremos mostrar toda la producción y el circuito productivo, reconociendo la trayectoria, el tiempo, la inversión y todo el esfuerzo que han realizado los productores viñateros en los últimos años, muchas veces enfrentando desafíos climáticos".La propuesta incluye cinco establecimientos en los que tanto turistas como residentes pueden recorrer las plantaciones, conocer el proceso de producción, disfrutar de degustaciones y, en algunos casos, acceder a opciones gastronómicas y de hospedaje. Se trata de un atractivo que estará disponible durante todo el año, impulsando el desarrollo y crecimiento productivo en la región."Este producto turístico implica una reivindicación a la historia de la vitivinicultura entrerriana y un reconocimiento a los viñateros locales", concluyó Zubillaga.Es importante recordar que en Gualeguaychú se realizan controles de alcoholemia en puntos clave con alto flujo vehicular. El límite permitido es de 0,5 g/l, aunque concentraciones menores también pueden aumentar el riesgo de incidentes viales.

Gualeguaychú impulsa el enoturismo con el "Camino del Vino"

La ciudad de Colón se prepara para recibir a amantes del vino y la cultura vitivinícola en la cuarta edición de "Entre Ríos Entre Viñas", un evento que reúne lo mejor de la producción local y regional. Organizado por el Gobierno de Entre Ríos, el Ministerio de Desarrollo Económico, la Casa de Entre Ríos, la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos (AVER) y el Consejo Federal de Inversiones (CFI), esta cita se realizará los días 22 y 23 de noviembre en la explanada del Puerto de Colón.<h2>Una experiencia integral del vino entrerriano</h2>El evento ofrecerá una amplia variedad de actividades para disfrutar:<ul><li>Degustaciones de los mejores vinos entrerrianos.</li><li>Charlas temáticas sobre la historia y el desarrollo de la vitivinicultura en la provincia.</li><li>Exposiciones de bodegueros locales, quienes compartirán sus experiencias y secretos de producción.</li><li>Shows musicales en vivo que aportarán un toque festivo a las jornadas.</li><li>Oferta gastronómica variada para complementar la experiencia.</li></ul>La propuesta busca no solo resaltar la calidad de los vinos entrerrianos, sino también promover la cultura, la historia y el trabajo que hay detrás de cada botella.<h2>Lanzamiento oficial y objetivo del evento</h2>Este viernes 15 de noviembre, la Casa de Entre Ríos en Buenos Aires será el escenario de la presentación oficial de esta cuarta edición. Allí, se destacará el crecimiento del sector vitivinícola en la provincia, su consolidación en mercados nacionales e internacionales, y el potencial que este desarrollo implica para la economía regional."Entre Ríos Entre Viñas" representa una oportunidad única para visibilizar el esfuerzo de los vitivinicultores entrerrianos, quienes han trabajado para recuperar y fortalecer una tradición que enriquece la identidad de la región.<h2>Entradas y participación</h2>Las entradas para el evento ya están disponibles de manera online. Cada pase incluye una copa para degustación, permitiendo a los asistentes disfrutar al máximo de la experiencia enológica.Los interesados pueden adquirirlas a través del siguiente enlace: <a href="https://www.passline.com/eventos/entre-rios-entre-vinas">https://www.passline.com/eventos/entre-rios-entre-vinas</a>.<h2>Un evento con historia y proyección</h2>"Entre Ríos Entre Viñas" se ha consolidado como una celebración emblemática en el calendario provincial, combinando la pasión por el vino con la promoción cultural y turística de Entre Ríos. La elección de Colón como sede reafirma su posición como un destino destacado en la región para disfrutar de experiencias únicas y de calidad.

Presentan en Buenos Aires la 4ta edición de "Entre Ríos Entre Viñas", una celebración del vino y la cultura vitivinícola

El próximo 22 y 23 de noviembre, la ciudad de Colón recibirá la cuarta edición de "Entre Ríos Entre Viñas", evento que reunirá a productores y empresas vitivinícolas en la explanada del Puerto. Con el objetivo de potenciar la industria local y abrir nuevos mercados, la provincia invita a las bodegas interesadas a participar y exhibir sus productos, para lo cual el gobierno provincial ofrecerá stands gratuitos para la exposición, degustación y venta de sus vinos.Las empresas podrán inscribirse hasta el 8 de noviembre. La inscripción es coordinada por el Ministerio de Desarrollo Económico, a través de la Dirección General de Comercio Interior, Defensa del Consumidor y Lealtad Comercial. Junto a la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos (AVER), la Municipalidad de Colón y el Consejo Federal de Inversiones (CFI), el evento busca posicionar el vino entrerriano a nivel nacional e internacional y destacar la diversidad y calidad de la producción vitivinícola local.Victoria Giarrizzo, secretaria de Industria, Comercio y Minería, destacó que "Entre Ríos Entre Viñas 2024 convoca a todos los actores del sector vitivinícola de la provincia, con el objetivo de promover el desarrollo del sector y llevar el nombre de nuestros vinos al mercado nacional e internacional." Además de la muestra de productos, se incluirán actividades culturales y artísticas para enriquecer la experiencia de los visitantes y potenciar el atractivo de los vinos entrerrianos como parte del plan de acción comercial del organismo.Para participar, las empresas deben completar el formulario de inscripción. Más información puede obtenerse en la Dirección General de Comercio Interior, llamando al (0343) 4073184 / 4640385 o enviando un correo a <a href="mailto:convocatorias.dgci@gmail.com">convocatorias.dgci@gmail.com</a>.

Convocan a empresas vitivinícolas para participar en "Entre Ríos Entre Viñas 2024"

El encuentro se desarrolló en la finca Las Magnolias, de Gualeguaychú, y forma parte del Plan de asesoramiento y capacitación integral en Viticultura y Enología, creado por el Ministerio de Desarrollo Económico de Entre Ríos en colaboración con la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos (AVER) con el apoyo del Consejo Federal de Inversiones (CFI).La capacitación fue dictada&nbsp; por Andrés Passadore, junto a Katya Schimpf y Maximiliano Riehme.&nbsp;En esta ocasión, se desarrolló el taller Determinaciones analíticas en enología, abordando temáticas cruciales como el pH, acidez volátil, alcoholes, azúcares, entre otros tópicos.&nbsp;"Esta iniciativa busca proporcionar a los viticultores las herramientas necesarias para mejorar sus técnicas y conocimientos en el ámbito enológico, contribuyendo así al desarrollo y fortalecimiento del sector en la región", destacó Jesús Pérez Mendoza, director general de Comercio Interior.Este ciclo de capacitaciones continuará desarrollándose a lo largo del 2024 y 2025, abordando diversos temas de interés para los viticultores y enólogos, con el objetivo de seguir promoviendo la calidad y competitividad de los vinos de Entre Ríos.Estuvieron acompañando el evento María Jesús Vulliez, presidenta de AVER; Fernando Zubillaga, secretario de Turismo de Gualeguaychú; José Mouliá, titular de la Representación Entre Ríos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; y Cecilia Galliano, del Programa de Fortalecimiento Vitícola del CFI.

La provincia brinda capacitación a vitivinicultores y enólogos

La provincia de Entre Ríos sigue fortaleciendo su compromiso con la calidad y competitividad de sus destinos turísticos, especialmente en el ámbito de bodegas y establecimientos productivos. La Secretaría de Turismo ha lanzado una nueva iniciativa que involucra a las localidades de San José, Colón y Ubajay, enfocada en la implementación de dos herramientas del Sistema Argentino de Calidad Turística (SACT). Este esfuerzo tiene como objetivo mejorar la administración de productos y servicios, impulsando la competitividad y el desarrollo turístico sustentable en la región.La convocatoria lanzada por la Secretaría de Turismo ha despertado un notable interés entre los emprendedores de diversos rubros. Un total de doce viñedos, bodegas, licorerías, tambos, fábricas de alfajores y dulces, productores apícolas y de nuez pecán han mostrado su interés en aprovechar las herramientas brindadas por el SACT. Estas herramientas no solo buscan mejorar la calidad de las visitas turísticas que ofrecen, sino también valorizar la actividad productiva y el patrimonio industrial de la provincia.Las dos herramientas del SACT que comenzarán a implementarse en Entre Ríos son el Sello Turismo Industrial y Productivo y las Directrices de Gestión Turística para Bodegas y Viñedos. Estos programas están destinados a organizaciones productivas e industriales que cuentan con planes de visitas turísticas y buscan mejorar la calidad de sus prestaciones.<h3>Etapas de implementación</h3>Los programas tienen una duración de entre tres y cinco meses y se dividen en varias etapas: sensibilización, desarrollo y evaluación. El proceso incluye talleres de capacitación, asistencia técnico-profesional y una última instancia de verificación de la experiencia turística in situ para otorgar la distinción de calidad.Estas implementaciones, impulsadas y acompañadas por la Secretaría de Turismo de Entre Ríos, reafirman el compromiso de articulación entre el sector público y privado. El objetivo es fortalecer la economía local y potenciar el posicionamiento de la provincia como destino turístico de excelencia.Con estas acciones, Entre Ríos no solo busca mejorar la experiencia de los visitantes, sino también promover un desarrollo turístico sustentable que valore y potencie las actividades productivas locales.&nbsp;

Entre Ríos apuesta por elevar los estándares en bodegas y establecimientos productivos

Nogoyá.- Un grupo de productores de vid se encuentran trabajando de manera cooperativa para incorporarse al mercado vitivinícola con distintas opciones de cepas. Lo que comenzó siendo una aventura, hoy es un proyecto que cuenta con asesoramiento para la producción y la comercialización.&nbsp;Desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) difundieron días atrás las tareas que llevan adelante viñateros de la ciudad de Hernández. Son siete familias que emprendieron la labor y conforman el grupo de abastecimiento “Uvas del Terruño”, con el asesoramiento de profesionales de la Agencia de Extensión Rural Nogoyá y la agente de proyecto Cambio Rural, Ing. Agr. Vanina Ezpeleta (INTA Victoria).

Sabido es que desde hace varios años, la provincia de Entre Ríos volvió a apostar a la producción vitivinícola, contando en la actualidad con más de cincuenta viñedos a lo largo del territorio entrerriano y buscando recuperar el tiempo y espacios perdidos, donde Entre Ríos se pudo posicionar en el cuarto lugar como productor de viñas a principios de 1900.Hoy son muchos los productores que vienen a tomar revancha de la injusta ley reguladora de vinos que impulsó el gobierno de Agustín Pedro Justo, al punto que una de las bodegas mas reconocidas de la provincia le dedicó una de sus cepas, rotulándola como “Injusto” en clara referencia a esa decisión que exterminó los viñedos entrerrianos hasta el Siglo XXI.&nbsp;En la actualidad, en Hernández se habla de un esmerado cuidado de la vid, para que hoy las viñas estén en producción y que algunos de los integrantes del grupo ya estén elaborando sus propios vinos.Desde el INTA, contaron que Jorge Martínez Arias fue uno de los primeros en iniciarse en la actividad. Cuenta con unas 200 plantas de las variedades Malbec, Chardonnay y Marselan. Jorge vivió unos años en Neuquén, lugar donde valoró la importancia de los cuidados de la viña. “La presencia, constancia, riego, poda, enfermedades, punto de cosecha, fertilización…todo eso es muy importante”, decía Martínez Arias.“En nuestros orígenes, quisimos hacer una comarca de la Marselan entre la gente del grupo. Muchos están entusiasmados en hacer uva de mesa, que también anda muy bien”, remarcó.Entre otras ideas, contó Jorge, “tenemos la de hacer espumantes, aceto, oporto, cinzano. Quiero probar otros emprendimientos. Mi esposa está elaborando gran variedad de dulces artesanales con frutas del sur como arándanos, sauco, grosellas, rosa mosqueta, pelón, guinda, duraznos, naranja, ciruela blanca, peras, membrillo, frambuesa, frutillas y kinotos en almíbar”.Entre las necesidades que destaca Jorge, se encuentra el asesoramiento y ayudas económicas de distintos tipos. “Debemos conocer, en primer lugar, dónde está la línea comercial para luego analizar qué producir”, agregó Jorge y contó sobre su proyecto de realización de ferias y eventos para mostrar dichas manufacturas, en acompañamiento de buena gastronomía.Otro de los productores, Mario Bentancour, se inició en el año 2020, también con la variedad Marselan e incorporó nuevas plantas en el año 2022 apostando a alcanzar las 500 plantas, tener su propia bodega y un lugar turístico en donde pueda comercializar sus vinos.“Este año estoy muy contento con la producción obtenida, la cual ya se encuentra en proceso de fermentación para la elaboración de vinos”, dijo Mario esperanzado. Entre las productoras visitadas está Araceli Spolidor, que junto a su hijo Miguel Carrizo se abocan al cuidado de 200 plantas. Junto a Mario Bentancour, están elaborando su primer vino, estimando una producción conjunta de 200 litros.Araceli, que también es productora ganadera y de nuez pecán, resaltó “la importancia del cuidado permanente en estos primeros años. De las hormigas, malezas, control preventivo de enfermedades, fertilización, poda, punto de cosecha, tareas que hace Miguel”. Y contó “estamos entusiasmados, soñamos en un futuro poder contar con una pequeña bodega y un posible lugar de encuentro para turistas o vecinos de la zona”.

Hernández en busca de ser cuenca vitivinícola

Crespo.- La finca vitivinícola de Ana Jacobi y Martín ‘Tincho’ Girbich, recibió un subsidio para realizar inversiones que permitan ampliar su emprendimiento hacia enoturismo, el turismo rural de fincas dedicadas a la vitivinicultura. Ese rubro está en plena expansión en nuestra provincia.<h2>Fondo de desarrollo</h2>El Fondo para el Desarrollo del Enoturismo (FDE) benefició a 115 proyectos en 14 provincias, que accedieron a aportes no reembolsables por un total de 300 millones de pesos. Por Entre Ríos, hubo tres beneficiarios. J/G de Crespo, y otros dos de Lucas González y de Colón. La inscripción para el FDE incluye talleres de capacitación sobre enoturismo. Después, los interesados elaboraron un proyecto, con el apoyo de un tutor. A partir de su propio proyecto, J/G logró recibir el subsidio de hasta 2,4 millones de pesos no reintegrables. La idea es restaurar una pieza en el predio rural para degustaciones y venta de vinos y recibir delegaciones educativas y turísticas. En diálogo con Paralelo 32, Ana Jacobi comentó que este aporte “es para nosotros abrir una puerta al enoturismo y consolidar nuestro emprendimiento”.El FDE se desarrolla a través de los ministerios nacionales de Economía y de Turismo y Deportes, con la coordinación de la Unidad Ejecutora de Turismo del Vino de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR), organismo público-privado integrado por 12 cámaras empresarias y productivas del sector, INTA, Instituto Nacional de Vitivinicultura y gobiernos de las provincias vitivinícolas.<h2>Emprendimiento familiar</h2>El matrimonio Girbich-Jacobi está desarrollando un proyecto vitivinícola con cepas Malbec y Marselán, en media hectárea de un predio familiar heredado por Jacobi, sobre una superficie total de 6 hectáreas, que están ubicadas junto al cementerio de Aldea Jacobi. Por año, con cada vendimia se logra una producción de unas 2 mil botellas de vino tinto. ‘Tincho’ Girbich se encarga de todo lo relacionado con el cultivo y cuidado, a lo largo del año. Desde 2016 están produciendo vino casero, con el rótulo comercial J/G – Juan Girbich, nombre del hijo de la pareja. El producto se expende en comercios de Crespo y en ferias provinciales a las que asisten sus propietarios. El emprendimiento familiar está adheridos a AVER, Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos.<h2>La producción</h2>Jacobi comentó cómo se produce y comercializa su vino casero. “Varios comercios de Crespo confían en nuestros productos, como Clauser, El Galpón, Juanca. Hay una vendimia anual de la que sale la producción que se divide en vinos Marcelán, Malbec y un blend de ambas variedades. El vino se fermenta en la propia levadura de la uva, sin levadura extra. Se cosechan las uvas y la actividad se realiza en un día, con la participación de entre 30 y 50 personas. Participan familiares, amigos, conocidos y hasta personas desconocidas que quieren vivir la experiencia de la vendimia”.Aclaró que “al tener levadura autóctona no se tiene otro vino similar al que produce nuestra finca”. La producción de cada año se vende ese mismo año. “En febrero se hace la vendimia, el mismo día se hace el despalillado y la molienda de la uva, luego en forma natural se procesa y fermenta la uva. Se decanta la borra y se trasiega periódicamente el vino en formación para quitar la borra que se va depositando. Hacia octubre o noviembre se embotella, encorcha y etiqueta el vino elaborado”, finalizó la entrevistada.– ¿Se gana dinero con esta actividad?-- Si uno quiere ganar plata ya, no es un proyecto para meterse. Hay que ‘esperar’ a la planta, unos cuatro o cinco años, hasta que produzca la uva que da el vino que se quiere. Mientras, se van haciendo pruebas piloto con las primeras vendimias. Luego, hay que hacerse conocido. Siempre se dice que ‘uno no es profeta en su pueblo’, pero no fue con nosotros. Estamos agradecidos a Crespo. Más allá, estamos en proceso de abrirnos al mercado. Siempre hay que mejorar. Consideramos que hacemos un vino de calidad, que puede competir con un vino estándar. Para nuestros seres queridos, es un muy buen vino. Todo el trabajo de campo lo realiza Tincho. Siente una verdadera pasión por la vitivinicultura; está pendiente de cada planta, día a día, las 24 horas.

Emprendimiento familiar desarrollarán un punto de degustación y venta de sus productos

En un ambiente de camaradería y con la calidad distintiva del vino entrerriano en el centro de atención, se llevó a cabo la tercera edición de Entre Ríos Entre Viñas. El evento, que ha ido ganando prestigio con el tiempo, se ha consolidado como un espacio para destacar los logros y el continuo crecimiento de la vitivinicultura en Entre Ríos.Jesús Pérez Mendoza, director general de Comercio Interior y Exterior de la provincia, resaltó la trascendencia del evento y el papel crucial que desempeña en la promoción y desarrollo del sector vitivinícola. Desde su dirección, se ha impulsado el fomento de producciones con valor agregado, contribuyendo significativamente al desarrollo económico de la región."Estamos contentos de poder dar cumplimiento al objetivo de dar visibilidad a lo que viene pasando con el vino en Entre Ríos, esta revancha que nos da la historia y mostrarla en este evento que es el tercero y de manera ininterrumpida", expresó Pérez Mendoza. Además, destacó el apoyo brindado al sector mediante capacitación de primer nivel, participación en ferias nacionales y la reciente firma de un convenio de cooperación con Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina).<figure class="image"><img src="https://paralelo32cdn.eleco.com.ar/media/2023/11/entre_rios_entre_vinas_celebrando_la_trascendencia_de_la_vitivinicultura_en_la_region.jpg" alt="Entre Ríos Entre Viñas: Celebrando la Trascendencia de la Vitivinicultura en la Región"></figure>Noelia Zapata, presidenta de la Asociación de Vitivinicultores de Entre Ríos (AVER), compartió su satisfacción en la celebración del decimotercer aniversario de la asociación. Destacó la importancia de Entre Ríos Entre Viñas como un evento fundamentado en la divulgación, conocimiento y desarrollo sostenible de la vitivinicultura en la provincia.Zapata resaltó los logros de la asociación en convenios de investigación con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Comisión Técnica Mixta (CTM) de Salto Grande. Además, hizo énfasis en la firma de acuerdos de capacitación con el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y la participación activa de la Universidad Nacional de Entre Ríos (Uner) en investigaciones para beneficio de los productores vitivinícolas.La presidenta de AVER subrayó la importancia del apoyo del Ministerio de Producción de la Provincia, la Secretaría de Turismo, el Municipio de Paraná y la Asociación de Sommelier del Litoral en la realización del evento. Destacó la relevancia del enoturismo en el desarrollo local y regional, instando a trabajar en conjunto para convertir a Entre Ríos en un destino turístico vitivinícola único.María Laura Saad, secretaria de Turismo de Entre Ríos, elogió el crecimiento significativo del enoturismo y agradeció el trabajo conjunto entre el sector público y privado para posicionar a la provincia como un atractivo destino vitivinícola. Reconoció la colaboración continua del sector privado como fundamental para el crecimiento sostenido del enoturismo en la región.El evento contó con la participación de expositores de toda la provincia, quienes exhibieron sus etiquetas, mostrando la diversidad y calidad de los vinos entrerrianos. Los asistentes disfrutaron de dos días repletos de experiencias enológicas, consolidando el éxito de Entre Ríos Entre Viñas como una celebración emblemática de la vitivinicultura y la cultura de la región.

Entre Ríos Entre Viñas: Celebrando la trascendencia de la vitivinicultura en la región

Victoria.- El productor de vinos Omar Alvis, de Angelus Vineyards Bodega &amp; Viñedos, obtuvo dos medallas de plata en un importante concurso que se realizó en Mendoza por AEB Argentina. Se trata de la competencia Mis Primeros Vinos, cuyo jurado estuvo presidido por el periodista y juez internacional Enrique Chrabolowsky, entre otros destacados enólogos, sommeliers y titulares de enotecas.En el concurso, participaron aproximadamente 200 muestras de productores no industriales de todo el país que no superen las 5.000 botellas por etiqueta. Participaron enólogos responsables de bodegas importantes de la Argentina, pero con proyectos independientes.&nbsp;

“Básicamente, el vino fue siempre para mí como una asignatura, como un deseo permanente. Soy naturalmente emprendedor, siempre me gustó la industria e intenté muchas cosas, algunas con muy poco éxito y otras me dieron grandes satisfacciones, por ejemplo, en la actualidad produzco mostazas tipo Dijon, también cultivada en Entre Ríos (en la zona de Rincón de Nogoya) y dulce de leche”, cuenta a Paralelo 32.Agregó que, ñaunque su actividad central fue, durante treinta años, el marketing y la publicidad, “el vino siempre se mantenía latente, hasta que en 2016 descubrí la historia vinícola de la provincia y me animé. Mi primer viñedo (iniciado de cero) fue en la zona de Rincón, pero fue una experiencia difícil, hasta que finalmente compré el viñedo fundado por Rubén Tealdi en la zona de Corrales, trasplanté mi otro viñedito y ahí se puede decir que comenzó la historia de Angelus Vineyards”.En relación al concurso y los vinos que obtuvieron medallas, explicó: “Sobre los vinos que ganaron en este concurso puedo decir que siempre me transmitieron la sensación de que estábamos haciendo las cosas bien, como un golpe de fe y esperanza en el terruño. Eran amables y comenzaron a gustar entre propios y extraños”.Además, agregó: “Igualmente, siempre rondaba el prejuicio que falsamente se instaló que «si no es de Cuyo no es bueno». Pero ¡había que animarse a dar el salto! Motivado por un amigo mendocino, tomé coraje y envié las muestras, con ilusión, pero con expectativas moderadas. De las cinco etiquetas, decidí mandar sólo dos: Julio Barrica de Famila, un Cabernet Sauvignon con doce meses en roble francés; y Las Garzas,&nbsp;Blend de Cabernet Sauvignon, Merlot y Malbec sin paso por roble”.Luego, continuó: “Tenía más dudas que certezas (aunque sabía íntimamente de su potencial), pues eran muchas y de todo el país las etiquetas que participaron. Me inspiraba la idea que, por ser una cata a ciegas, el prejuicio por ser entrerrianos no jugaría en su contra. Ya estábamos lanzados y era sólo cuestión de esperar, hasta que, un día, llegó la buena noticia: ¡Dos Medallas de Plata! ¡¡¡Las primeras para el terruño de Victoria!!!”.Pero para llegar a ese momento, el camino fue largo. Alvis contó que no fue nada fácil dar ese salto de entusiasta a productor. “Me preparé durante muchos años estudiando e investigando, viajando y soñando con hacer vino”, explicó.&nbsp;“Sentía que había aprendido mucho, que mis conocimientos eran sólidos, pero la realidad es que de no haber sido por el Enólogo Tomás Guido Díaz y por mi querido César Manassero (encargado de cuidar las vides día a día) la tarea hubiese sido imposible, con todos mis conocimientos, no era más que un teórico. No alcanza con el entusiasmo, hacer vino es una actividad apasionante y romántica, pero muy compleja, son muchos los factores que intervienen para lograr un buen vino. Por eso, mi única recomendación para aquellos que quieran hacerlo es que lean, lean y lean, que se rodeen de gente que sepa y que nunca bajen los brazos”, detalló.—¿Qué opina del actual escenario de Victoria en cuanto a la producción de vinos?—Creo que, independientemente de las enormes dificultades que son de público conocimiento, el panorama para Victoria y Entre Ríos en general es bastante promisorio. Si bien la vinicultura local tiene una historia muy rica, no es suficiente. Se debe trabajar mucho sobre los viñedos y la vinificación para lograr vinos de calidad que instalen definitivamente al terruño. Hay que trabajar mucho en estos viñedos, ya que la humedad es el principal enemigo de la vid y es en el viñedo donde nace el buen vino. Por otra parte, las autoridades deben trabajar duramente en la promoción de la actividad, el esfuerzo privado es definitivamente el mejor camino, pero es importante que sea desde la provincia donde se potencie y difunda pues, además, puede representar un atractivo turístico de magnitud. Estamos a trescientos kilómetros de la capital y a sesenta de una ciudad como Rosario, lo cual es una ventaja significativa. Y somos los privados los que debemos dar servicios y productos de máxima calidad.—¿Cómo ha sido todo este recorrido desde que empezó hasta la actualidad en su camino como productor de vinos?—Si dijera que fue duro mentiría. Fue difícil, pero ¡apasionante! Además, me permitió enfrentar a la pandemia de una manera fabulosa: al aire libre, caminando entre los viñedos y en un vínculo interesantísimo con la naturaleza. ¡Lo volvería a elegir! No suelo dar consejos, ya que entiendo que el hombre debe animarse a experimentar, claro que debe hacerlo sabiendo que siempre va a ser más difícil de lo que suponía, pero si tiene la posibilidad de hacerlo y es el vino aquello que lo apasiona, debe intentarlo. No importa cuántas veces pueda salir mal, el secreto es no bajar los brazos y seguir intentando. El camino del vino es un camino apasionante que conjuga un intercambio amoroso con la naturaleza, la paciencia como método y la satisfacción de producir un producto diseñado por los dioses para compartir con todos los que amamos. ¿Qué más le podemos pedir al vino?—¿Cómo hace para competir en precio con la producción industrial a gran escala?—Probablemente y teniendo en cuenta las dificultades económicas endémicas e históricas de nuestro país, sea una de las principales dificultades. El vino entrerriano es un producto aún no instalado en los mercados convencionales. Las pequeñas producciones es vox populi que suelen ser complejas a la hora de la rentabilidad, en consecuencia, la combinación es compleja. Nuestros vinos son naturalmente caros, ya que los costos se reparten entre pocas botellas, lo cual nos obliga a apelar a la imaginación, la convicción y el triple de esfuerzo. Apostamos a producir vinos con la mayor calidad posible, vinos que alguien esté dispuesto a pagar un precio más alto por ellos y lo hacemos a través de canales privados, vinotecas muy exclusivas y restaurantes temáticos en Patagonia y Mar del Plata, por ejemplo. Nos vemos obligados a este canal, ya que por el momento no tenemos visitas a la bodega (que ésa sí es una buena opción para la venta y la difusión). Y, como conclusión: trabajo, trabajo y más trabajo.

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